Videovigilancia como servicio
La Videovigilancia como Servicio es una realidad que ya ha sido definida como «la próxima generación de sistemas de videovigilancia», según los principales analistas del mercado. Sigue la corriente de los servicios basados en «la nube» y, básicamente, permite al usuario disfrutar de videovigilancia y otras aplicaciones de vídeo sin tener que adquirir una aplicación de gestión ni equipamiento de almacenamiento específico.
Este tipo de sistemas conlleva claros beneficios tanto para los proveedores de servicios como para los usuarios finales. Desde el punto de vista del proveedor sus principales beneficios son que crea un flujo recurrente de ingresos y que diversifica su oferta de servicios. Desde el punto de vista del usuario, el principal beneficio es que disfrutará de todas las ventajas de un sistema de videovigilancia de última generación, por el que sólo pagará una mínima inversión inicial en cámaras y una cuota mensual asociada a un nivel de uso y consumo de recursos del proveedor de alojamiento.
Estos sistemas de videovigilancia alojados están especialmente indicados para instalaciones de entre 1 y 10 cámaras, tanto en una como en múltiples localizaciones. Se presenta, pues, como un modo asequible para que las empresas pequeñas y medianas puedan también aprovecharse de los beneficios de la tecnología de vídeo IP, despreocupándose de todo conocimiento técnico, ya que se accede al servicio a través de una página web del proveedor de servicios.
Según este modelo, el proveedor de servicios es responsable del sistema de almacenamiento (así como de su mantenimiento, de las actualizaciones y de ir incorporándole mejoras y nuevas características), así como del software de gestión. Los usuarios sólo precisan las cámaras y la conexión a Internet para, desde su PC o su «smartphone», acceder al portal del proveedor y poder visualizar las cámaras o las grabaciones. La seguridad de las grabaciones está garantizada ya que están alojadas en un data center, con lo que nadie puede robarlas ni manipularlas.
Con el alojamiento de vídeo, se beneficiará de la vigilancia IP sin necesidad de configuración de red. Al externalizar la mayoría de necesidades de hardware y la totalidad del software, se reducen las complejidades de una instalación tradicional. El alojamiento de vídeo limita su inversión a las cámaras y a una conexión a Internet, en lugar de tener que mantener la estación de grabación y supervisión de forma local. El proveedor de servicio gestionará el mantenimiento del sistema, así como el almacenamiento de los datos grabados. El uso de cámaras IP en lugar de utilizar un sistema de CCTV con DVR implica menores costes de instalación y una mejor calidad de imagen.